martes, noviembre 14, 2006

Band of Brothers: La televisión como propaganda (y justificación)

Dirección: Devid Leland, Mikael Salomon, Phil Alden Robinson, Richard Loncraine, tom Hanks, David Nutter, Tony To.

Guión: Bruce McKenna

Fotografía: Joel Ransom, Remi Adefarasin, Música: Michael Kamen

Origen: USA, 2001

Duración: 700 minutos

*

Ni duda cabe, la historia la escriben (y reescriben) los que ganan. En este caso voy a referime a Band of Brothers, serie de televisión producida por el canal de cable HBO y supervisada (whatever that means) por Tom Hanks y Steven Spielberg, mismo que, no satisfechos con la carnicería brutal de Recatando al Soldado Ryan, llevan a la pantalla chica la historia de la Easy Company desde sus entrenamientos en el campo militar de Currahee, hasta la toma del nido del águila (el palacio de descanso de Adolfo Hitler).


La serie me causó una enorme incomodidad y el consecuente desprecio por las siguientes razones:

1. La presencia bobalicona e higadezca de David Schwimmer, mejor conocido como Ross de la serie Friends. Contar con su rostro mentecato queriéndose hacer pasar por oficial a cargo de entrenar reclutas resulta una de los peores miscast en la historia de la televisión. Un equivalente podría ser utilizar a Adal Ramones para interpretar a Benito Juárez.

2. Cada uno de los episodios contó con un director distinto, lo que ocasiona que no haya un tono uniforme en el desarrollo de las tramas y subtramas. Además, lo que empieza como un relato cruento de violencia y pérdida, se convierte en un paseo blandengue y estúpido.

3. Los personajes aparecen y desaparecen sin que se sepa bien que pasó con ellos. Aunque quizá se deba a las limitaciones de tiempo en cada capítulo.

4. Cuando los soldados estadounidenses saquean lo que encuentran a su paso, no hay el más mínimo atisbo de crítica en cuanto a la voracidad que perneaba las acciones. Vamos, incluso se justifica como un derecho de los mal llamados americanos a invadir y tomar postsesión de lo que se les pegue la gana.

5. Algunas de las secuencias que deberían ser más impactantes resultan punto menos que risibles al ser filmadas, evidentemente, en escenarios descomunales.

6. No hay un contexto claro de cómo o por qué entró Estados Unidos a la guerra (no olvidemos que su participación se dio de manera muy tardía), además, por ningún motivo se hace referencia a los bombardeos atómicos realizados en Hiroshima y Nagasaki.

Y lo que me parece más vergonzoso y vergonzante es que los Estados Unidos se siguen presentando a si mismo como los buenos muchachos que liberaron al mundo de la maldad. En el contexto presente (piensen en Irak y Afganistán), resulta obsceno seguir creyendo que los ideales de este país son la justicia, la verdad y todo lo demás que suena bien pinche bonito en los discursos políticos.

1 comentario:

Luis dijo...

Y precisamente este año se celebraron 51 años del brutal ataque con la bomba atómica, me tocó ver una presentación del Dr. Hiramuro quien vivía cerca de Hiroshima cuando fue el bombardeo, en verdad es impresionante. El link para la página del museo en Hiroshima en memoria del bombardeo es:
http://www.pcf.city.hiroshima.jp/