miércoles, noviembre 15, 2006

Un hombre y una mujer: Con cada romance la pena de amor es distinta, con cada romance la pena de amor es igual

Dirección: Claude Lelouch

Guión: Pierre Uytterhoeven

Fotografía: Calude Barrois

Música: Francis Lai

Intérpretes: Anouk Aimee, Jean Louis Trintignant

Origen: Francia, 1966

Duración: 102 min.

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Algunos domingos empiezan bien y terminan mal. Es difícil de creer. Es una locura rechazar la felicidad. Si esto volviera a suceder, ¿qué haría? ¿Podría hacer algo más? Verla por meses y terminar como amigos.

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Por fin se me hizo ver una de las películas más populares de los años 60. Y… ¿saben que?, en verdad que ya no las hacen como antes.

Aunque ha sido despreciada por cierto sector de la crítica que la ha calificado como un producto edulcorado y blandengue, encontré en esta cinta un emotivo relato de dos seres humanos que, ante sus tragedias personales, deciden (aparentemente) darse la oportunidad de volver a disfrutar la presencia y compañía de otro ser humano.

A pesar de que data de 1966, la temática y su exposición me parecieron totalmente apegados a la vida en si misma. Esto es que no se presentan grandes complicaciones o sucesos que alteran, modifican o trastocan la vida de los amantes. Por el contrario, Claude Lelouch nos lleva de la mano para ser testigo de un romance como cualquier otro. Un romance en el que se hacen presentes las huellas de los que ya no están, el temor de iniciar de nuevo, el impulso de hacer cosas porque si, la despedida forzada como defensa ante la posibilidad del dolor…En fin, tantos y tantos breves pero básicos detalles y vivencias que estoy seguro se han hecho presentes en cualquiera de los que están leyendo estas líneas.

Por cierto, hay una secuela tardía llamada Un hombre y una mujer: 20 años después, misma que llegó, en efecto, 20 años tarde.

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