martes, octubre 10, 2006

Las noches de Cabiria: la esperanza en la miseria

Dirección: Federico Fellini

Guión: Federico Fellini, Ennio Flaiano, Tullio Pinelli

Fotografía: Aldo Tonti

Música: Nino Rota

Producción: Dino de Laurentis

Intérpretes: Giulietta Massina, Francois Perier, Franca Marzi, Dorian Gray, Amedeo Nazzari.

La prostitución ha sido un tema recurrente del cine casi de sus mismos orígenes. A veces visto con desprecio, a veces con ternura, el ejercicio de la profesión más difícil del mundo nos ha permitido ser testigo de la manera brutal que tenemos de explotarnos unos a otros los seres humanos.

¿Cuantas meretrices, suripantas, cabareteras, ficheras, trotamundos y callejeras no han paseado sus abundancias, miserias o tragedias por la pantalla de plata? ¿Será posible olvidar a Santa (Antonio Moreno, 1931), Yolanda la “tísica” en Nosotros los Pobres (Ismael Rodríguez, 1947), o Violet en Pretty Baby (Louis Malle, 1978)?: Personajes terribles, trágicos y dolorosos que nos recuerdan la absoluta inmundicia del género (in)humano.

Pero entre tanta basura, por las calles de la ciudad de Roma pasea Cabiria, trabajando la calle pero con el alma más blanca que una perla. Cabiria, niña-mujer magnífica en su inocencia, en su búsqueda de amor y consuelo, dispuesta a engañarse a si misma con tal de no negarse el derecho a la esperanza. Cabiria, un pequeño corcel con las patas rotas luchando siempre por levantarse sin lograrlo.

Mucha tinta ha corrido alabando esta cinta así que no me voy a explayar más sobre ella. Solo baste decir que todo aquel que no la haya visto se encuentra en pecado mortal por lo que resulta obligada su adquisición en versión legal o bucanera. Serán testigos de uno de los dos finales más hermosos en la historia del cine (el otro pertenece a Luces de la Ciudad, de Charles Chaplin).

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